RECORDANDO A ROBERTO BOLAÑO
Este año 2013 se cumplen 10
años de la muerte de Roberto Bolaño, y 60 de su nacimiento. Fue un escritor y
poeta chileno, conocido como uno de los líderes del infrarrealismo y
considerado hoy en día uno de los autores de mayor influencia en la lengua
española. Bolaño vivió en Girona entre 1980 y 1985, y dedicó a esta ciudad una
pequeña parte de su obra literaria. En el libro Tres, compuesto por tres paseos con distinto registro, se incluye Prosa de otoño en Gerona que
consiste en una descripción fragmentada y melancólica de esta ciudad.
«Una
persona –debería decir una desconocida— que te acaricia, te hace bromas, es
dulce contigo y te lleva hasta la orilla de un precipicio. Allí, el personaje
dice ay o empalidece. Como si estuviera dentro de un caleidoscopio y viera el
ojo que lo mira. Colores que se ordenan en una geometría ajena a todo lo que tú
estás dispuesto a aceptar como bueno. Así empieza el otoño, entre el río Oñar y
la colina de las Pedreras.»
(Roberto Bolaño)
[A partir de un fragmento del libro Prosa de Otoño en Gerona, la alumna Ànnia Acosta elabora un texto en el que retoma la figura simbólica y recurrente del caleidoscopio y nos transmite el fragmentarismo del estilo del autor]:
"Hojas que caen, secas. Gotas de lluvia que resbalan por las caras frías, conocidos que miran pero no saben ver. El vaho de alguien que exhala cansancio, tristeza. Esa persona –o tal vez es otra— que te ofrece la mano, te invita a algún lugar. Oyes el sonido de tus propios pasos, ajenos, que te alejan de lo que conoces y te guían entre ojos que creen observar la realidad. Alguien que te saluda, distante.
"Hojas que caen, secas. Gotas de lluvia que resbalan por las caras frías, conocidos que miran pero no saben ver. El vaho de alguien que exhala cansancio, tristeza. Esa persona –o tal vez es otra— que te ofrece la mano, te invita a algún lugar. Oyes el sonido de tus propios pasos, ajenos, que te alejan de lo que conoces y te guían entre ojos que creen observar la realidad. Alguien que te saluda, distante.
En un charco, tu reflejo
pálido, borroso e indefinido te observa detenidamente. Y tú, como si el agua
fuera el cristal del caleidoscopio en el que te encuentras, le devuelves la
mirada, curiosa, preguntándote si todas esas formas de tu alrededor tendrían
más sentido por sí solas que unidas, o si su valor reside en su belleza
abstracta. Pisas el charco y tu perfil se deforma. Los colores cambian, dando
lugar a una nueva imagen que tal vez podría significar algo. Alzas la mirada y
retomas el paso, sin saber adónde te diriges. Y así llega el frío, que te
acompaña hacia lo desconocido."
Text: ÀNNIA ACOSTA (2BAT)
La figura del caleidoscopi és una imatge simbòlica dins del fragmentarisme de l´estil de l'autor |