dilluns, 9 de maig del 2016

SIGUIENDO EL RASTRO DEL QUIJOTE POR BARCELONA

“Y así me pasé de claro a Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única; y aunque los sucesos que en ella me han sucedido no son de mucho gusto, sino de mucha pesadumbre, los llevo sin ella solo por haberla visto.”
            Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha (1615)

El pasado 31 de marzo, los alumnos de 2º de Bachillerato que cursamos materias dell itinerario humanístico o social tuvimos la oportunidad de participar de una salida conjunta en la que, entre otras actividades, realizamos la ruta de Don Quijote por Barcelona.


Entre los capítulos LX y LXIV de la segunda parte de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615), Don Quijote y Sancho pasan una temporada en la ciudad condal. Cervantes imaginó aquí la batalla final de su personaje y, tras su derrota, don Quijote asume que ha de volver a su aldea, pues los días como caballero han tocado a su fin. Derrotado, pues, renunciará a sus ideales antes de morir.

Curiosamente no se conserva ningún documento que asegure la fecha de la estancia de Cervantes en Barcelona, pero según Martí de Riquer, gran estudioso de la novela, el autor debió de residir en la ciudad entre la primavera de 1609 y el otoño de 1610.

Durante estos meses, Cervantes llegó a conocer las incursiones de los piratas turcos y el bandolerismo, que eran los problemas más acuciantes de los ciudadanos junto con el panorama de miseria y crisis tan característicos de la época del Barroco. También Cervantes tuvo ocasión de conocer algunas tradiciones y festividades como la víspera de San Juan. Todo esto quedó plasmado para siempre en su obra.


El recorrido parte de las Atarazanas, sede del actual Museo Marítimo. En este lugar se construyeron dos galeras importantes para El Quijote y Cervantes. La primera fue la de Sant Jordi, que defendía Barcelona de los ataques de los piratas, y la segunda fue la nave capitana de Don Juan de Austria para la batalla de Lepanto, en la que Cervantes participó y resultó herido.

Desde allí se puede llegar en unos minutos a la Basílica de la Mercè. Los monjes mercedarios fueron los que pagaron el rescate que permitió a Cervantes recuperar la libertad tras cinco años cautivo en Argel.

También se visita el carrer Ample, una de las calles más importantes en la época donde seguramente Cervantes ubicó el palacio de Antonio Moreno. En este lugar sucede la historia de la cabeza parlante.

Pero según la historiografía, el alojamiento real de Cervantes en su paso por Barcelona se encuentra en el Paseo de Colón, número 2. Esta casa fue construida a mediados del siglo XVI y consta de cinco plantas. Probablemente, él se alojó en la tercera. Así es como Cervantes pudo describir con precisión las actividades que ocurrían en la zona costera.

El recorrido se completa con la visita al Pla de Palau, por donde se marcha don Quijote de la ciudad, tras ser vencido por el Caballero e la Blanca Luna, o sea el bachiller Sansón Carrasco, con la visita a la imprenta de Sebastián Cormellas. El final del itinerario es en el callejón de Perot lo lladre, bandolero célebre que aparece en el Quijote con el nombre Roque Guinart.


Fue para nosotros un día muy completo, porque también tuvimos la ocasión de visitar La Pedrera y la Biblioteca de Catalunya, la única que posee todas las primeras ediciones de los libros que escribió Cervantes (a excepción de La Galatea).

Alumnos de 2º Bachillerato de Literatura castellana